miércoles, 25 de marzo de 2015

Reivindiquemos la tapa obligatoria

 Vas por ahí a tomar algo, estas con un grupo de amigos, con tu familia o tu pareja, vamos en buena compañía. Sentados en una mesa pedís algo, estás esperando un poco sediento el momento en el que te traigan tu bebida fresquita, cerveza por ejemplo. El camarero pone las consumiciones en la mesa  y resulta que en ese sitio no ponen tapa. La persona o persona que te acompañan y su conversación puede ser muy interesante, pero no me digáis que no te han fastidiado un poco el momento. Sobre todo si es una de esas horas en las que ya va haciendo algo de hambre y no te han puesto ni una mísera patata frita con la que acompañar el bebercio.
La jarra de cerveza tristona sin su tapa

 Hace tiempo, de tapas con mis amigos, alguien contó que durante un tiempo la tapa era obligatoria por orden del rey, precisamente para tapar el vaso y que no le cayera algún bicho tan frecuentes en esos tiempos sin lámparas mata-insectos. 
 Hoy día la tapa es un concepto culinario que abarca desde conceptos simples y sin mayor elaboración como poner unas aceitunas en un platito a otras elaboraciones mucho más sofisticadas, que pueden ir desde un buen plato elaborado servido en tamaño tapa, como por ejemplo una tapa de paella a otros que no tienen porque tener mucho tiempo de cocina. Tenemos verdaderos genios que con un mejillón y un par de cosas más son capaces de hacer maravillas.
 Nuestra tapa distingue a unos locales de otros. La cerveza puede estar mejor o peor tirada, puede ser de una u otra marca, pero una buena tapa requiere talento,
 En fin, esperemos que la moda obligue,